Hace poco, mi hijo pequeño, de 4 años, vino a casa con deberes. Para los que no lo sepáis, a esas edades, esto suele implicar deberes para todos, no solo para él, pero esta vez la cosa era explícita: había que hacer una obra de arte en familia. Llegados a este punto tenéis que saber tres cosas:

• Los dones artísticos, en nuestra familia, han sido repartidos de manera, digamos, caprichosa.

• Ni su madre ni yo andábamos especialmente sobrados de tiempo en ese momento.

• Por alguna extraña razón que aún no alcanzo a comprender los ojos se volvieron hacia mí en busca de ideas.

La situación no podía ser peor. Estaba acorralado. Meros centímetros me separaban del enésimo muñequito hecho con tubitos del papel higiénico cuando… tachán… aparecío la Inteligencia Artificial al rescate, contenta de ayudar en estas cosillas mientras ultima su plan para para esclavizar a la humanidad.

La cosa es que había oído hablar muy bien de la versión 5 de Midjourney y no había tenido aún ocasión de probarla, así que los engañé para que hiciéramos lo siguiente:

• Los niños hacen un dibujo cada uno.

• Usamos estos dibujos como entrada para que Midjourney los convierta en un dibujo de apariencia profesional.

De mis labios salieron frases como aúna tradición y vanguardia o enlaza las cosas que más amo: mi familia y mi profesión y, de nuevo sin saber cómo, los había convencido y estábamos a ello.

(La verdad es que ni siquiera me hizo falta decir nada de todo eso, pero no voy a dejar que la realidad me estropee la narrativa).

Lo primero era elegir la temática. Mis hijos están obsesionados con Oliver y Benji (Captain Tsubasa si tienes menos de 40), así que eso fue fácil: fútbol.

También es verdad que eso fue hace unas semanas (ya he dicho que voy liadillo); lo mismo ahora se hubieran decantado por Caballeros del Zodiaco (Saint Seiya si tienes menos de 40). Seguramente habrás notado un cierto patrón retro en los dibujos que les ponemos a nuestros hijos.

Lo segundo el formato. Ahí, su madre sugirió que fuera un cómic, para que hicieran diferentes dibujos y los combináramos en viñetas. Y así es como terminamos haciendo el siguiente

Cómic futbolero en familia

1. Making of

Primero, el pequeño hizo dos dibujos: un delantero tirando a puerta y un portero lanzándose a detener el balón. Su hermano mayor (7 años) lo complementó con un dibujo del campo visto desde arriba.

Después llegó mi momento: cogí los dibujos y los usé como entrada para Midjourney. Con los prompts no me compliqué mucho (en casa de prompt engineer ya se sabe): básicamente los cogí prestados del anterior post sobre Midjourney y añadí oil on canvas para tener ese efecto de ilustración. Sin embargo, mantuve cosas como la velocidad de obturador, así que, lo dicho, los prompts son un completo mejunje. No lo hagas en casa.

Aerial view of a soccer field with large crowded terraces, hyperdetailed, cinematic, oil on canvas, ISO 100, 85 mm lens, clear focus, f: 8, shutter speed 1: 125, 8k

Soccer player kicking the ball, hyperdetailed, cinematic, oil on canvas, ISO 100, 85 mm lens, clear focus, f: 8, shutter speed 1: 125, 8k, full body, green field

Soccer goalkeeper blocking the ball in the air, hyperdetailed, cinematic, oil on canvas, ISO 100, 85 mm lens, clear focus, f: 8, shutter speed 1: 125, 8k, full body

La verdad que quedamos bastante contentos. Midjourney fue capaz (con algo de ensayo y error) de hacer un muy buen trabajo manteniendo las características de la imagen de entrada, logrando que fuera reconocible y a la vez tuviera el aspecto de una ilustración. En suma, que los niños reconocieran que era su dibujo.

El siguiente paso montarlo en forma de cómic, y que el hermano mayor escribiera los bocadillos:

Por último, un poco de tijeras y pegamento para darle la forma final. Su madre fue la que se encargó de pensar cómo presentarlo todo.

Y eso es todo. El resultado fue el que tenéis arriba.

Deberes a mí…